Sunday, April 10, 2011

El zapateado jarocho en Nueva York


Mientras preparamos nuestro blog sobre la historia y trayectoria de Radio Jarocho, hemos decidido hablar un poco sobre las generalidades del son jarocho como las enseñamos aquí en Nueva York. En esta ocasión, vamos a hablar del zapateado. La información que está aquí no pretende de ningún modo ser exhaustiva ni absolutamente correcta. Como muchos de ustedes saben, hay varias interpretaciones y usanzas alrededor de la música tradicional. El fandango tiene diferentes “reglas” dependiendo del lugar en el que se celebre y cada comunidad tiene derecho a modificar esas reglas para acomodarlas a su realidad. Eso es lo que nosotros hemos hecho con los fandangos que organiza Radio Jarocho: nos apegamos todo lo que podemos a la tradición, pero también entendemos que sin una adaptación a la realidad que vivimos en Nueva York, no podremos hacer verdaderamente “nuestro” el fandango. Así que, con todo el respeto y la admiración que sentimos por las grandes bailadoras de Veracruz, viejas y jóvenes, les brindamos aquí algunas reflexiones y hechos concretos respecto al zapateado.




Decidimos hacer este blog en forma de pregunta y respuesta, porque está basado en algunos cuestionamientos que nuestras alumnas y alumnos han expresado en los talleres que enseñamos en la Brooklyn Music School. Si tienen ustedes más preguntas, señalamientos o correcciones, no duden en escribir.



1. ¿Cuándo es apropiado subirse y bajarse de la tarima?

Las "reglas" del fandango son relativamente recientes y hay gente que es más estricta que otra. En Radio Jarocho estamos un poco a la mitad. Tratamos de respetar cómo se hace el fandango en México, pero también consideramos que es importante adaptarnos a nuestras circunstancias, por lo que a veces dejamos que el fandango transcurra un poco más "relajadamente". Rubí Oseguera, en la conferencia que dio en Tecamichapan hace algunos años, cuenta con mucho detalle de qué se tratan estas reglas y por qué se "inventaron". Ella dice que la regla de que hay momentos específicos en los que uno se sube a la tarima se impuso porque ya hay tanta gente que va a los fandangos, sobre todo en la ciudad, que si no se establece de antemano cómo se van a hacer las cosas, se vuelve todo un caos (lean una transcripción de esa conferencia aquí). Ahora se usa que cada pareja tiene derecho a bailar por lo menos un interludio musical, un verso y un estribillo. Por ejemplo, en el Siquisirí normalmente nos subimos a bailar después de que los versadores cantan el estribillo de "ay que sí que sí que no..." Cuando terminan de cantar es cuando nos subimos. Después, nos podemos quedar en la tarima mientras dure la música, el siguiente verso y su estribillo (el verso para La Guacamaya es, por ejemplo, "guacamaya sal al campo..." y el estribillo "vuela, vuela, vuela..."). Cuando terminan de cantar, las que quieran puede subirse y reemplazar a las primeras bailadoras. Lo cierto es que muchas veces el interludio, el verso y estribillo duran muy poco, lo que deja un tiempo muy breve para bailar. En casos en los que hay muchas chicas que se quieren subir, las bailadoras nos podemos poner de acuerdo para bailar dos versos y dos estribillos. En nuestros fandangos normalmente podemos bailar mucho más porque hay poquitas bailadoras. Así que, en resumen: no te subas cuando el verso está a la mitad y no saques a alguien de la tarima si no han bailado por lo menos un interludio, un verso y un estribillo.



2. ¿Qué tan fuerte es apropiado zapatear?

NUNCA es apropiado zapatear por encima de los músicos. Hay bailadoras que lo hacen y a todos nos molesta. Estas chicas normalmente creen que entre más fuerte zapatean, más capacidad tienen, cuando en realidad el volumen alto sólo refleja una inseguridad galopante. Si vas a los fandangos tradicionales en Veracruz (o a talleres con las bailadoras veteranas, como Marta Vega), te darás cuenta de que entre más experimentada y grande (de edad) la bailadora, más suave es su zapateado. Por supuesto que nos tenemos que hacer oír porque los músicos dependen de nosotras para el ritmo, pero nunca el zapateado debe dominar el volumen. Zapatear muy fuerte no da lugar a que se desarrolle un diálogo entre las bailadoras. ¡Las chicas que lo hacen más bien prefieren el "monólogo"! Lo cierto es que hay momentos en el son que es apropiado subir el volumen, como cuando termina el verso. Así que, por ejemplo, cuando en el Butaquito terminan de cantar "que si tú tienes miedo, cielito lindo yo estoy temblando", ahí se puede hacer una "entrada" o adorno y hacerlo un poco más fuerte, pero luego debemos regresar a un volumen que nos permita escuchar bien a los músicos.



Otra cosa que hay que decir con respecto al volumen está relacionada con la complejidad o sofisticación del zapateado. Hoy en día, las bailadoras jóvenes creen que entre más adornos metan, más padre se va a oír, o más sofisticadas se verán ellas. Es verdad que hay una corriente del zapateado jarocho que se está formando ahora, que considera que las bailadoras debemos tener el mayor número de "herramientas" (o adornos) posibles para que después podamos improvisar y combinar esas herramientas. Así como se han desarrollado la versada y los ritmos, para algunas bailadoras, es importante que el zapateado también se desarrolle y se haga más sofisticado (de hecho, Rubí está dando una clase muy padre de improvisación en el DF). Esta es realmente una labor loable y en Radio Jarocho estamos de acuerdo en que se haga. Lo que es necesario mantener en cuenta es que el café con pan (y otros pasos básicos) son como el "latido" del fandango; debe ser parejo, uniforme y rítmico. Si empezamos a meter adorno tras adorno tras adorno, en primer lugar, vamos a molestar a músicos y bailadoras que están llevando un ritmo más cadencioso, y en segundo, vamos a hacer que los adornos mismos se vuelvan superficiales de tanto que los hacemos. Así, en el zapateado jarocho de escenario, creemos que se vale ser tan creativa como una quiera, sin tener que atenerse demasiado a "las reglas". En el fandango, sí se vale experimentar, pero que no sea a costa de ensordecer al prójimo con nuestros zapatazos y de perder a la compañera de tanta complicación que estamos poniéndole a la tarima. Los adornos son muy bonitos precisamente porque por un lado, nos permiten brindar pequeñas "sorpresas" de vez en cuando a los músicos y versadores; y por el otro, porque con los adornos podemos entrar en diálogo con la compañera. Hay bailadoras que se conocen tan bien, que con una mirada ya saben lo que la otra va a hacer y la pueden seguir. A veces con el zapateado "retamos" a la compañera a que nos iguale o nos supere con algo más complicado que nosotras podremos, o no, imitar. Como decíamos en el párrafo anterior, si una nada más está haciendo sus propios adornos sin considerar el "espíritu" del son que se está tocando (por ejemplo, en sones tristes o lentos, algunas bailadoras de plano no meten adornos) o sin considerar la capacidad de la compañera (a veces estaremos bailando con alguien que apenas está aprendiendo o que es su primera vez en la tarima), estaremos haciendo un monólogo y perderemos una de las cosas más bonitas del fandango, que es precisamente el diálogo entre todos, bailadoras, músicos, versadores y espectadores.



3. Algunos sones de montón y sones de pareja:


Sones de montón

La Guacamaya

El Butaquito

La Morena

El Balajú

El Pájaro Cú

El Cascabel

El Siquisirí

Las Poblanas

La Lloroncita

La Petenera

La Sarna

La Tarasca

El Butaquito


Sones de pareja

La Bamba

El Colás

El Chuchumbé

El Toro Zacamandú

El Buscapiés

El Zapateado

El Ahualulco



4. Respecto al traje:

El son jarocho tradicional, desde el punto de vista del Movimiento de Jaraneros (hablaremos de esto en otra edición del blog), se trata de diferenciar el son jarocho del ballet folklórico. Esto, porque se considera que en un afán de "empaquetar" a la cultura mexicana para su importación al extranjero, los promotores del ballet folklórico han simplificado la tradición hasta hacerla una caricatura. Si lo consideran cuidadosamente, en el ballet folklórico las mujeres siempre están muy maquilladas, muy peinadas y muy vestidas. Los hombres siempre mantienen el pecho y los hombros erguidos como muñecos de madera y zapatean dando saltos. Lo que más llama la atención del ballet, es que todos siempre están FELICES... Esta es la imagen que el gobierno mexicano y sus promotores culturales han querido dar de México: somos un pueblo colorido, sonriente, satisfecho, dicharachero y saltarín. En la realidad SI somos un pueblo colorido y sonriente, pero también somos un pueblo con mucho dolor en su historia, que sufre todos los días por la desigualdad, la pobreza y la injusticia. La música que los del ballet han hecho un "molde", viene de regiones donde el son tradicional o el fandango es muchas veces el único escape que tiene la gente de una realidad muy difícil. El son jarocho refleja la realidad, con todos sus matices, mientras que el ballet refleja un ideal. Por eso, los soneros tradicionales no se visten con los trajes "de gala" que se usan en el ballet. Los hombres sí usan guayaberas, pero no pantalón blanco (que no resulta muy práctico si uno anda caminando en la sierra y el campo, o en la ciudad tampoco!) y las mujeres sólo usan ese traje blanco (las que lo tienen) cuando es una ocasión muy muy especial. No es de todos los días. Y eso sí, nunca hemos visto a una bailadora de son jarocho tradicional maquillada como muñeca. Definitivamente es muy bonito arreglarse para el fandango, pero depende mucho de cada una si queremos vernos elegantes pero discretas, o un poco más "glamorosas." Para nosotros es importante usar ropa tradicional (blusa tejida con gancho o enagua "de picos") no sólo porque rinde homenaje a la celebración del fandango, sino que ayuda a la gente de Veracruz que hace la ropa a mano. Lo cierto es que también se vale usar ropa que nada que ver con Veracruz, pero en el fandango la falda definitivamente es importante. Hay bailadoras veteranas que incluso no dejan (lo prohíben, ¡en serio!) subir a las bailadoras que vengan en pantalón. Nosotros no nos ponemos tan estrictos con nuestros fandangos neoyorquinos, pero es indudable que las faldas se ven más bonitas. Nada más porque refleja un esmero en la apariencia que implica que le tenemos respeto a la tradición.


Aquí, pues, están algunas reflexiones respecto al zapateado. Como decíamos al principio, se vale opinar y corregir. Finalmente, lo que estamos haciendo aquí es empezar una conversación desde Nueva York. Les ponemos aquí unos links que muestran diferentes maneras de hacer zapateado jarocho. Ya ustedes dirán cuál les gusta más.

-Excelente documental cortito sobre la bailadora tradicional Julia Padua.

-Una muestra de diferentes zapateados de varias bailadoras, jóvenes y viejas en Al Sol y Al Sereno.

-Mono Blanco toca La Guacamaya.

-El Cascabel con Los Cojolites.

-Son de Madera y Rubí con El Zapateado.



Esta edición del blog la queremos dedicar a nuestros amigos de CitadinoSon. Milton Muñoz y Dora Robles, dos de los miembros fundadores del grupo, han tenido una trayectoria importante en el son jarocho. Milton es un orgulloso Tlacotalpeño que ha tocado y cantado con Siquisirí, además de ser un magnífico compositor que ha escrito canciones para Eugenia León y Ernesto Anaya y Malena Durán. Tanto Milton como Dora pertenecieron a Los Parientes de Playa Vicente, con quienes grabaron Las Olas del Mar, un disco realmente excelente, recomendado especialmente para las bailadoras que quieran escuchar mucho zapateado. Milton también compuso los sones de apoyo a las inundaciones de Tlacotalpan. Dora es una excelente bailadora y fue la primera maestra de zapateado de Julia. También canta y toca la jarana. CitadinoSon junta el son jarocho con ritmos afrocaribeños, bolero y trova, e incluyen versos de protesta social en sus canciones.


Todos los miembros de CitadinoSon son magníficos músicos, así que no dejen de ver a Milton, Dora, Fabrizio Martínez, Bosque Iglesias, Roberto Mendoza y Gabriel Elías, quienes se presentan cada vez con más frecuencia en el DF. De hecho, estarán tocando el próximo viernes 15 de abril en la Cafetería Comandanta Ramona y el Rincón Zapatista, Zapotecos 7, Colonia Obrera. Esperamos que pronto podamos tenerlos aquí en Nueva York para compartir su música con nosotros. Chequen El Butacazzo, Yo Soy y ¿Por qué la celebración? y éntrenle al CitadinoSon.


Además, no olviden las siguientes presentaciones de Radio Jarocho:


Saturday
April 23rd 2011
Fandango del Mes!
@Terraza 7 Train Cafe
40-19 Gleane Street
Elmhurst, NY
Free!

Thursday
May 5th 2011
School Assembly
Staten Island
6:00 p.m.
Staten Island, NY
Private Event


Thursday
May 5th 2011
5 de Mayo Radio Jarocho & Rana Santacruz!
@Jalopy Theatre
10:00 p.m.
216 Columbia Street
Red Hook, NY
$10

Saturday
May 7th
Radio Jarocho in Brooklyn!
@Brooklyn Music School
6:00 p.m.
126 Saint Felix Street
Brooklyn, NY
Free!

Saturday
May 21st 2011
Radio Jarocho in Harlem!
@Shrine
10:00 p.m.
2271 Adam Clayton Powell Jr. Blvd.
New York, NY
Free!

Saturday
May 26th 2011
Fandango del Mes!
@Terraza 7 Train Cafe
10:00 p.m.
40-19 Gleane Street
Elmhurst, NY
Free!

Saturday
June 11th 2011
Brooklyn Folk Festival!
@Brooklyn Waterfront Artist Coalition
499 Van Brunt Street
Red Hook, Brooklyn
$10

Saturday
June 18th 2011
Fandango del Mes!
@Terraza 7 Train Cafe
40-19 Gleane Street
Emhurst, NY
Free!

Saturday
June 25th 2011
Radio Jarocho + Cascada de Flores
@Jalopy Theatre
216 Columbia Street
Red Hook, NY
$10

Saturday
July 23rd 2011
Fandango del Mes!
@Terraza 7 Train Cafe
40-19 Gleane Street
Elmhurst, NY
Free!

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